En 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la década que estaba por iniciar sería considerada como la Década del Envejecimiento Saludable, esta es la principal estrategia para lograr y apoyar las acciones destinadas a construir una sociedad para todas las edades, y proporcionar un marco político para garantizar que la respuesta mundial sobre el envejecimiento de la población esté alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Se definió envejecimiento saludable como el proceso de desarrollar y mantener la capacidad funcional que permita el bienestar en la vejez, teniendo en cuenta que estas capacidades pueden variar de una persona a otra, ya que la trayectoria personal de cada individuo influye, es imprescindible tener sistemas de salud capaces de garantizar atención en las necesidades más complejas y crónicas que tienden a surgir con la edad, también son determinantes los entornos físicos, sociales y económicos amigables, esto contribuirá a que las personas envejezcan de manera segura, en un lugar adecuado, que continúen su desarrollo personal con participación social, potenciando la autonomía y salud.

Existen cuatro áreas de acción principales para lograr todos los objetivos en esta década:

Área de acción I: Cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos hacia la edad y el envejecimiento

A pesar de todas las contribuciones y acciones que los adultos mayores han hecho a sus comunidades y familias, todavía hay muchos estereotipos (cómo pensamos), prejuicios (cómo nos sentimos) y discriminación (cómo actuamos) hacia las personas en función de su edad. La discriminación contra la edad afecta a las personas, pero tiene efectos particularmente perjudiciales en la salud y el bienestar de las personas mayores.

Con el apoyo de la OPS/OMS, la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas de Edad fue adoptada en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en junio de 2015. La Convención aboga específicamente por la importancia de garantizar que los adultos mayores reciban:

  • independencia y autonomía,
  • consentimiento informado en la materia de salud,
  • reconocimiento igualitario ante la ley,
  • seguridad social, accesibilidad y movilidad personal,
  • entre muchos otros derechos humanos fundamentales.

Área de acción II: Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores

Los entornos físicos, sociales y económicos, tanto rurales como urbanos, son determinantes importantes del envejecimiento saludable y son parte de las poderosas influencias en la experiencia del envejecimiento y en las oportunidades que ofrece el envejecimiento. Los entornos amigables con la edad son los mejores lugares en los cuales uno puede crecer, vivir, trabajar, jugar y envejecer, es decir, una comunidad amigable con las personas adultas mayores es un mejor lugar para todas las edades.

Área de acción III: Ofrecer atención integrada centrada en la persona y servicios de salud primaria que respondan a las personas mayores

Los sistemas de salud deben estar preparados para ofrecer atención sanitaria de buena calidad a las personas mayores que se integre entre los proveedores y los entornos y esté vinculado a la prestación sostenible de atención a largo plazo. La integración de los sectores sanitario y social en un enfoque centrado en las personas es clave para lograr una mejor atención a los adultos mayores. Además, la visión de implementar servicios impulsados por el mantenimiento y la mejora de la capacidad funcional es esencial para lograr un envejecimiento saludable.

La capacidad funcional se define como los "atributos relacionados con la salud que permiten a las personas ser y hacer lo que tienen motivo para valorar", y consiste en la capacidad intrínseca del individuo, que es "el compuesto de todas las capacidades físicas y mentales que un individuo puede aprovechar", el entorno del individuo y las interacciones entre ellos. Estas definiciones son importantes para señalar la relación entre los componentes de la Década del Envejecimiento Saludable y la pertinencia del desarrollo de actividades intersectoriales, basadas en un enfoque de curso de vida.

Área de acción IV: Brindar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que la necesitan

La disminución de la capacidad física y mental puede limitar la capacidad de las personas mayores para cuidarse a sí mismas y participar en la sociedad.

La mayoría de las personas que necesitan este tipo de atención son adultos mayores, los cuales viven en la comunidad y reciben atención de cuidadores informales, como sus familiares y amigos. El acceso a los cuidados a largo plazo de buena calidad es esencial para mantener la capacidad funcional, disfrutar de los derechos humanos básicos y vivir con dignidad. Además, es fundamental apoyar a los cuidadores, para que puedan brindar la atención adecuada y también cuidar su propia salud.

La Década del Envejecimiento Saludable ofrece la oportunidad de aunar a los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales, las instituciones académicas, los medios de comunicación y el sector privado en torno a diez años de acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven.